Tras haber trabajado
en la elaboración y planificación de un Proyecto de Traducción, a uno le viene
a la cabeza la ingente cantidad de detalles a tener en cuenta a la hora de
iniciar este proceso. En efecto, en principio cualquiera podría pensar que lo
único necesario para cumplir tal tarea sería manejarse bien en la traducción y
ser capaz de en mayor o menor medida cumplir con los plazos de entrega
establecidos por el cliente. Sin embrago, han de considerarse muchas más
cuestiones previas que dependerán del éxito del proyecto, lo que a su vez
incidirá en la satisfacción del cliente final. Factores como la naturaleza del
proyecto, el número de traductores, fases y tipos de tarea como la fase
lingüística, la técnica (formatos) o las tareas no sólo de traducción, sino
además, de revisión y corrección, se han de planificar meticulosamente antes de
iniciarse en el intrincado desarrollo de la gestión del proyecto de traducción.
Creo, no obstante, que
esta amplia labor de planificación implícita ayuda al Traductor a ser más consciente
de la importancia de prever su trabajo y de programar todas y cada una de las
tareas necesarias para cumplir con las condiciones mínimas y con las
expectativas del cliente, algo que considero primordial para mantenerse activo
en el ámbito de la Traducción.
Marco Antonio Castán
de Amo
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